Quiste hepático simple

Frecuentemente en exámenes de imágenes de rutina del abdomen, ya sea una ecografía abdominal o un TAC (tomografía) de abdomen, se encuentra un quiste en el hígado. La gran mayoría de éstos corresponden a quistes hepáticos simples.

Quiste se refiere a cualquier lesión que está llena de contenido líquido. Los quistes hepáticos simples son estructuras de pared imperceptible que no se comunican con la vía biliar. Su tamaño varía desde milímetros hasta lesiones gigantes. Son más frecuentes en mujeres, particularmente los quistes grandes y sintomáticos.

Síntomas

La mayoría de los quistes hepáticos simples no producen síntomas. Cuando el quiste es grande (mayor de 4 cm), pueden haber síntomas inespecíficos como dolor abdominal, saciedad precoz o náuseas. Sin embargo, la evaluación de estos síntomas siempre debe ser cuidadosa, ya que estas molestias pueden ser originadas en otras causas como síndrome de intestino irritable, lumbago, colelitiasis u otros.  Muchos menos frecuentemente un quiste grande puede complicarse por hemorragia, torsión, infección o ruptura.

Evaluación

Una lesión hepática quística simple típica encontrada en una ecografía puede no requerir estudios adicionales cuando es de tamaño pequeño a moderado. En la ecografía el quiste simple se observa como una lesión anecogénica, sin septos, de paredes imperceptibles y con reforzamiento posterior.

El TAC y resonancia magnética muestran una lesión con densidad de agua que no se refuerza con el contraste intravenoso.

Diagnóstico diferencial

El diagnóstico diferencial de un quiste hepático simple incluye las siguientes lesiones:

  • Absceso: Habitualmente la presencia de síntomas como dolor y fiebre, alteraciones de laboratorio como elevación de la proteína C reactiva, asociado a las características de la imagen (reforzamiento periférico) hacen fácil la distinción en la mayoría de los casos.
  • Quiste hidatídico: Frecuentemente tiene calcificaciones en la pared y pueden distinguirse quistes “complejos”, con quistes más pequeños adyacentes o multiloculados, pared engrosada y ecos internos que corresponden a estructuras parasitarias. La serología para hidatidosis es frecuentemente positiva.
  • Enfermedad poliquística: La presencia de múltiples quistes en el hígado sugieren el diagnóstico de enfermedad poliquística del hígado. La mayoría de las veces se asocia a presencia de quistes renales (enfermedad poliquística renal autosómica dominante, ADPKD). Sin embargo, en otras ocasiones, los quistes se encuentran sólo en el hígado (enfermedad poliquística hepática autosómica dominante).
  • Cistoadenoma: Tumor benigno muy infrecuente. Se diferencia por tener paredes engrosadas y frecuentemente ser multiloculados. Su tratamiento es la resección.
  • Cistodenocarcinoma: Tumor maligno infrecuente, probablemente derivado de la malignización de un cistoadenoma. El tratamiento también es quirúrgico.
  • Tumor necrótico: Algunos tumores malignos metastásicos y ocasionalmente primarios del hígado pueden tener un componente necrótico licuificado que puede asemejar un quiste simple, sin embargo, las imágenes y el cuadro clínico habitualmente permiten diferenciarlos.

Tratamiento

La gran mayoría de los quistes hepáticos simples no requieren tratamiento. Cuando el quiste es grande (mayor de 4 cm), habitualmente se recomienda un control de imágenes, para lo cual habitualmente es suficiente una ecografía. Si el quiste no aumenta de tamaño luego de 2 ó 3 años, no es necesario hacer más controles.

En aquellos casos en que el quiste es grande y sintomático, el tratamiento de elección es la cirugía. Si bien existen diversas opciones quirúrgicas, la más utilizada es el destechamiento del quiste, ya sea mediante cirugía abierta o laparoscopía. El drenaje del quiste por punción no es una opción satisfactoria, ya que el quiste se reproduce de regla.

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