Hepatitis E

El virus de hepatitis E (HEV) es un virus de transmisión entérica, similar al virus de hepatitis A (HAV). Se documentó por primera vez en Nueva Delhi (India) en 1955 en una epidemia de hepatitis.

Estructura del virus de hepatitis E

Fotografía del virus de la hepatitis E
Micrografía electrónica de partículas del virus de hepatitis E (reproducido con autorización del CDC, Centers for Disease Control).

El virus de hepatitis E es un virus con una hebra simple de RNA de sentido positivo. Tiene forma icosahédrica y mide entre 27 y 34 nm de diámetro y es estructuralmente parecido a los virus de la familia Caliciviridae, aunque por secuencia genómica tiene similitud con el virus rubeola. Se han descrito 4 genotipos.

El genoma del HEV tiene 3 marcos de lectura abiertos (ORF por sus siglas en inglés open reading frame):

  • Primer ORF: De 1693 codones, codifica proteínas no estructurales necesarias para la replicación viral.
  • Segundo ORF: De 660 codones, codifica proteínas estructurales.
  • Tercer ORF: De 123 codones codifica una proteína de función desconocida.

Epidemiología de la infección por virus de hepatitis E

La infección es endémica en Asia, Africa, el Medio Oriente y algunas regiones de Centroamérica. También se han documentado casos en Chile. El virus se transmite a través de aguas contaminadas con materia fecal, con epidemiología similar a la del virus de hepatitis A. Sin embargo, la transmisión directa de persona a persona es baja. El virus probablemente es capaz de infectar cerdos, por lo que se ha especulado que existe un reservorio animal de la enfermedad.

Se ha demostrado frecuente transmisión vertical (de madre a hijo) en mujeres embarazadas que se infectan en el tercer trimestre del embarazo, produciendo hepatitis aguda grave en el recién nacido.

Cuadro clínico de la infección por virus de hepatitis E

El período de incubación va de 15 a 60 días. Los síntomas son similares a los de otras hepatitis agudas virales: Ictericia, fatigabilidad, náuseas, dolor en hipocondrio derecho, fiebre baja y hepatomegalia. Menos frecuentemente hay diarrea, prurito, artralgias y urticaria.

Un 0,5 a 3% de los casos se presentan como hepatitis aguda fulminante. Por razones no aclaradas, durante el embarazo (particularmente tercer trimestre) es más frecuente la hepatitis fulminante. En esta población la mortalidad puede llegar a ser del orden del 25%.

Diagnóstico de la infección por virus de hepatitis E

El diagnóstico de la infección se realiza mediante la determinación de anticuerpos séricos (IgG e IgM). La IgG anti-HEV puede ser detectable hasta 14 años después de la infección.

Es posible detectar antígeno de HEV y RNA HEV en suero y en hígado, pero estos exámenes no se realizan rutinariamente. Las alteraciones de laboratorio incluyen elevaciones de aminotransferasas (ALT y AST) y bilirrubina.

Tratamiento de la infección por virus de hepatitis E

El tratamiento es de soporte. En casos de hepatitis fulminante, tanto los sistemas de soporte tipo MARS como el trasplante hepático pueden ser de utilidad. Hay bastantes avances actualmente en el desarrollo de una vacuna.

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